Para mí, es la máxima expresión que puedo tener conmigo misma o podemos tener entre seres humanos. Hace algunos años una maestra me enseñó que para que el amor exista, crezca, se cultive y perdure... había que tener los siguientes ingredientes, cual fórmula mágica:
Diálogo, presencia y contacto.
Estos tres ingredientes deben existir en cualquier tipo de relación, ya sea de padres a hijos, entre hermanos, familiares, parejas, amigos, etc.
A través del diálogo, expresamos nuestro amor entendiéndolo como el acto de comunicar todo tipo de sentimiento y emoción que yo esté permitiendo que el otro genere en mí, sea amor, alegría, tristeza, rabia, inconformidad,etc.(cuando digo que el otro genere en mí, me estoy haciendo responsable de lo que pasa conmigo y no estoy en la posición de víctima, creyendo que los otros son los que me ocasionan las emociones y sentimientos)
Con la presencia...El hecho de estar y compartir diferentes espacios que tengan que ver de acuerdo al tipo de relación que están viviendo, ya sea como padre-hijo, amigos, familiares, etc. alimentan éste amor.
Y por último, el contacto, que va desde una linda mirada, un abrazo, un beso, una caricia... hasta hacer el amor en el caso de la relación de pareja.
Revisemos si alguno de estos ingredientes maravillosos está faltando en nuestras relaciones, puede ser que dicha relación esté pasando por algo así como la indiferencia, el enojo, el reclamo, el distanciamiento, entre otros. O simplemente, ya no estamos con esa persona...
Escrito por Ana María Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario